Entre tantas adaptaciones que se han realizado en la pantalla grande del mítico Robin Hood, las dos que siempre recuerdo son "The Adventures of Robin Hood", de Michael Curtiz con Errol Flynn, y "Robin Hood: Prince of Thieves", de Kevin Reynolds con Kevin Costner.
La razón por la cual estas dos me quedaron es que tenían una buena combinación de aventura, acción, comedia y drama, pero lo más importante, eran películas entretenidas.
Cuando se anunció que Ridley Scott filmaría una nueva versión basada en este héroe, me pareció una unión perfecta.
El director de "Gladiator" volvía así al cine de aventuras luego de su último trabajo en el género realizado en 2005, "Kingdom of Heaven", y quién mejor que Ridley Scott para entregar un entretenido film de aventura, no?
Pero éste no es el Robin Hood que esperaba ver. No pretendía ver al clásico personaje con traje, malla y sombrero verde, pero tampoco algo depresivo.
La idea original de ubicarla como una precuela a la leyenda ya conocida es un acierto, pero es una historia interesante (un poco rebuscada) que por momentos se separa demasiado del personaje.
Si bien parte de la historia esta ambientada en Nottingham y muchos de los personajes conocidos están presentes (Marian, Sheriff, Pequeño John, etc.), no parece que fuera un film sobre Robin Hood.
Lo que uno más espera en este tipo de películas es mucha acción y aventura, pero aquí hay muy poco de eso.
Arranca con una batalla, pero luego debemos esperar casi dos horas (la gran batalla final) para volver a disfrutar de la acción. El bache entre ambas batallas, en donde aparece todo el desarrollo argumental, termina haciéndose demasiado largo.
Estas secuencias de acción están muy bien filmadas y no son sangrientas, aunque hubiera preferido a Robin Hood sólo con arco y flecha, no tanta espada. Más clásico.
En su quinta colaboración con el director, Russell Crowe interpreta a un frío Robin, quien junto a Cate Blanchett, como Marian, logran buenas actuaciones. Quizás están un poco grandecitos para estos roles, considerando que son los inicios de R. Hood.
Mark Strong interpreta nuevamente a uno de los villanos, al igual que en "Sherlock Holmes" y "Kick-Ass", pero lejos del gran trabajo logrado por Alan Rickman en la otra versión de Robin Hood.
Quienes me gustaron son los tres compañeros de Robin, interpretados por Kevin Durand, Scott Grimes y Alan Doyle.
Los últimos minutos del film son los mejores, dándole el pie al comienzo de la leyenda que todos conocemos y hasta dejando abierta la posibilidad de una continuación que no creo que llegue.
En mi opinión, comparándola con otras películas de aventura del director, "Robin Hood" está más cerca de "Kingdom of Heaven" que de "Gladiator", lo cual no es bueno.