RoboCop

Crítica de Rolando Gallego - Lúdico y memorioso

El hombre o la máquina

Era de esperar que la puesta al día del clásico ROBOCOP (USA, 2014) se concentrara más en la ontología o filosofía de las máquinas y su relación con el entorno que en la acción. Hace años el imaginario sobre los robots exigía innovación "visual" más que análisis sobre las relaciones entre máquinas y hombres.

El realizador brasilero Jose Padilha (Tropa de Elite) fue el encargado de adaptar la película de Verhoeven y dotarla de un verosímil científico que convence y mantiene en vilo durante las casi dos horas de duración y que gracias a las actuaciones de Michael Keaton (Raymond Sellars) y Gary Oldman (Dr. Hubert Dreyfuss), más Samuel Jackson (Pat Novak, un cínico y vendido presentador de televisión ) y Abby Cornish (la mujer del "robocop"), han virado las peleas por un duelo crítico sobre la humanidad muy interesante.

Alex Murphy (Joel Kinnamann) es el policía bueno que ayuda y acompaña y que envuelto en un caso de corrupción en el que participan miembros de su cuartel es expuesto a una bomba y casi pierde su vida.

Omnicorp, empresa de Sellars (Keaton) estaba en busca de un ejemplo de honestidad y bondad en las fuerzas que estando al borde de la muerte pueda ser transformado en un ser mitad policía mitad robot, para de esta manera poder vetar una ley antirobots (su empresa se dedica a eso) que le permita introducir sus máquinas asesinas(ED-209, EM-208) irrestictamente en el país.

La mujer de Murphy (Cornish), acepta con muchas dudas que su marido sea conejillo de indias, pero antes que perderlo, mejor robot.

Vale aclarar que en "Robocop" no hay malos "MALOS" ni tampoco buenos "BUENOS" (excepto Murphy, claro está), sólo hay seres humanos intentando sobrevivir y quedarse con lo que más les interesa.

Murphy se transforma en el "objeto" del momento, pero su concienca (definida por Dreyfuss como "el proceso de la información") comienza a interferir con los intereses de Omnicorp, por lo que es retirada de su cerebro, convirtiendolo en un zombie de metal y carne.
"Ahora es una máquina que cree que es un hombre" se regodean en la empresa, sin saber que algún día ese robot volverá a sentir y luchar por poder ser el padre de familia que era antes.

Cosmología sobre la geopolítica, reflexión acerca de la corruptibilidad de los seres humanos, y el rescate de valores sobre la familia, la pareja y la vocación, destacan en una película que, si bien tiene pocas escenas de acción, potencia su costado reflexivo acerca de las relaciones entre los hombres y las máquinas (pronto en "Her" de Jonze hablaremos de este ítem) para dar una respuesta tibia y que da miedo.

PUNTAJE: 7/10