En esta tercera, y aburrida, entrega, nuestro héroe se suma a un programa de talent show televisivo denunciando aquellos que todos sabemos sobre la construcción de ídolos musicales. Muchas similitudes con SING y la pérdida del buen rumbo que se había iniciado con la primera entrega, sólo algunos de los puntos negativos de esta olvidable nueva parte de la saga.