Después de la exitosa biografía de Freddie Mercury, una biopic de Elton John filmada en el mismo tono habría sido no sólo oportunista sino también redundante. Al menos, esta “Rocketman” sobre la transformación de Reginald, un gordito de suburbio que sueña con ser estrella pop, en su alter ego más famoso, el astro de la era del glam Elton John, está contada en el estilo de cine de los salvajes años ‘70, lo que de todos modos no le quita el toque de oportunismo.
El director Dexter Fletcher, que casi estuvo a punto de terminar “Bohemian Rhapsody” cuando su director original casi abandona el proyecto, se pone en los zapatos del delirante y talentoso Ken Russell, y en vez de una biopic tradicional construye una especie de opera rock light en la que desde la primera escena, con una imaginativa versión orquestal del tema del título, arma alucinatorios números musicales que van ilustrando la vida del protagonista. En este sentido, la estética de homenaje a los 70 por momentos funciona bien, y combina de manera original los atractivos musicales con la particular estética visual de aquellos años locos, donde abundaban los zapatos con plataformas altísimas, la purpurina y, en el caso de Elton John, también los anteojos estrambóticos. Entendiendo esto y la presencia de los mejores hits del artista, desde “The Bitch is Back” a “Cocodrile Rock”, mezclado con la parafernalia multicolor diseñada para abrumar la vista, puede ser algo así como el séptimo cielo para los fans del músico. Pero no tanto para los que no siguen especialmente su carrera, quienes al tercer número musical percibirán cierta repetición eludible. Pero más allá de estas dudas, no hay manera de negar la sólida performance de Taron Egerton (el espía de las peliculas de “Kingsman”) y la eficacia de escenas como la de “Pinball Wizard”, con Elton interpretando a un campeón de “flippers” segun la opera rock de The Who filmada por Ken Russell en los ‘70. Tanto el sonido, como la dirección de arte y el vestuario son impecables.