Rocketman

Crítica de Martín Goniondzki - Cinéfilo Serial

El cineasta encargado de finalizar “Bohemian Rhapsody” (2018) tras el despido de Bryan Singer, fue el elegido para dirigir este film que nos presenta la historia del cantante británico Elton John. Otro ícono de la música internacional en las manos de Dexter Fletcher (“Eddie The Eagle”), actor devenido en director y productor.

Aparentemente con el boom de la película que contó la historia de Queen empezó a surgir una tendencia a las biopics de grandes cantantes, bandas, estrellas y nombres rutilantes de la escena musical. Hace varias semanas Netflix presentó una cinta que nos mostraba los pormenores tras el ascenso de Mötley Crüe y ahora en pantalla grande se nos presenta “Rocketman”, una obra que profundiza en la infancia, el ascenso y las adicciones de Elton John producto de una carrera exitosa, de un ámbito familiar atribulado y de amores fugaces que no llenaban su vacío afectivo.

Lo interesante de esta propuesta, que abarca varios temas y cuestiones que ya vimos en las películas antes mencionadas, es que se muestra como un musical puro presentando nuevas versiones de los temas de Elton, interpretados por el joven y enérgico Taron Egerton (“Kingsman”) y el resto del elenco compuesto por otros nombres destacados como Jamie Bell (“Billy Elliot”), Richard Madden (“Game of Thrones”), y Bryce Dallas Howard (“Jurassic World”). En este punto la película se destaca e incluso supera a lo visto en “Bohemian Rhapsody”, ya que hace uso de las letras y las melodías del músico para la creación de nuevos números y pasajes sonoros. La modalidad de musical le da mayor libertad para volar, para crear secuencias oníricas y para alternar el presente y el pasado con flashbacks armoniosamente motivados. Un triunfo en todos los aspectos, ya que no solo es excelso todo lo relacionado a las nuevas versiones sino que también hay coreografías agraciadas que adornan mediante el baile las distintas secuencias. Por otro lado, también se destaca todo el vestuario y la reconstrucción de época que sacan a relucir toda la parafernalia grotesca, ridícula y extravagante del artista, dándole sentido a la figura de su nombre y a la creación de la leyenda que impone su nombre.

Otro punto a favor del largometraje pasa por la audacia del director y los guionistas de mantenerse fiel al espíritu y a la figura del cantante. El film no pretende esconder los errores, las caídas, las adicciones y/o la sexualidad del artista. Es totalmente abierta y honesta con esas cuestiones y eso enriquece la experiencia al evitar edulcorar la figura del Sr. John. Y también es más atrevida en el hecho de presentar un estilo más hibrido y variado como el que pueden llegar a exhibir las películas de Baz Luhrmann (respecto al musical y las secuencias coreografiadas).

Punto aparte merece la composición de Taron Egerton del protagonista ya que se lo nota cómodo en un papel al que le puso el alma y el corazón (también sumó bastante el hecho de que el propio Elton fue asesor suyo), demostrando verdadera pericia tanto para bailar y cantar como para tocar el piano en ciertas secuencias.

El guion puede transitar por algunos lugares comunes durante las dos horas de metraje que se nos presentan pero la realidad es que la película cumple con todo lo que se plantea ofrecer en un principio. Es entretenida, emotiva, exagerada y sumamente disfrutable tal como la discografía del músico. “Rocketman” es una celebración a la figura de Elton John pero también una fiesta audiovisual (reitero un musical verdadero). El hecho de que se mezcle la estética videoclipera con ciertos aspectos del musical clásico hace que la experiencia sea realmente gratificante, incluso para aquellos que no somos fans o conocedores de la música del cantante. En ese sentido es muy superior a “Bohemian Rhapsody” que se movía en un terreno más seguro de biopic clásica. Un film extremadamente disfrutable.