Imperfecta pero agradable, con pretensión “local” (lo inca, lo “latinoamericano”) pero con belleza y nobleza, este es un cuento de hadas y aventuras donde las ratas quieren destruir un reino de ratones (dejemos de lado cualquier alegoría). Lo que le falta en perfección lo compensa con dinamismo y humor, elementos que le dan a este cuento infantil (pero no pueril) un juego que lo vuelve agradable a la vista.