Acción y aventura de la vieja escuela.
El de Rogue One: Una Historia de Star Wars era un desafío difícil y plagado de prejuicios. ¿Cómo podría funcionar una película de Star Wars sin Jedis ni Siths en los protagónicos? ¿Cómo puede funcionar el guión siendo un teléfono descompuesto entre dos flacos escribiendo el argumento y otros dos el libreto? ¿Cómo pretenden que creamos que esta película promete si tuvo que tener retomas? Al final del día, todos y cada uno de esos prejuicios fueron derribados. Rogue One es una narración sólida, con acción y emoción, y a continuación les detallo el porqué.
Mucho más que una precuela:
Jyn Erso, una joven criminal, es capturada por la Alianza Rebelde y le prometen dejarla en libertad si forma parte de un grupo especial que tiene como misión conseguir los planos de la Estrella de la Muerte, la más poderosa arma creada por el Imperio Galáctico. Esto posee motivos ulteriores, ya que el arquitecto de dicha estación de batalla resulta ser el padre de Jyn. La misión estará plagada de obstáculos, la mayoría de ellos en la forma de Orson Krennic, el oficial militar que supervisa la construcción de la Estrella, y que no permitirá que un puñado de rebeldes se interpongan entre él y su ascenso en los rangos del Imperio.
Rogue One tiene un guion más que sólido; es más, les diría que es uno perfecto. Es uno donde los personajes se viven encontrando con obstáculos en forma de escenas de acción que no dan tregua al espectador. Los temas que trata la película, en particular la confianza y el sacrificio, están presentes en cada escena del film. Como si esto fuera poco, hay espacio para la comedia; casi siempre de parte de un androide imperial reprogramado por los rebeldes.
El desarrollo de personajes es muy afilado, multidimensional incluso, que profundiza en las emociones de cada uno de los integrantes de esta rebelión. Ninguno está descuidado, ni siquiera el villano, que ante nuestros héroes proyecta una imagen de estratega imparable, sólo para que ante sus superiores del Imperio sea humillado y menospreciado como un mero lacayo.
Otra cosa que hay para destacar del guión de Rogue One es que, a diferencia del resto de la saga, ninguno de los personajes es un predestinado a la grandeza; es gente común que debe hacer frente a un problema extraordinario por un ideal más grande que ellos mismos. En esta película podemos ver a “La Fuerza” como nos la describió por primera vez Obi Wan Kenobi; no como una magia que te hace abrir puertas o ahorcar a alguien sin ponerle una mano encima, sino como una guía, una motivación, una religión si se quiere.
Entre todo esto, la trama se anima incluso a quitarle romanticismo a la imagen que se suele tener de la rebeldía; enfatizando que las acciones extremistas, aunque justificadas, pueden convertirnos en aquello a lo que combatimos.
Sin profundizar demasiado para evitar entrar en el terreno de los spoilers, hay que señalar que los cameos de personajes que aparecieron con anterioridad en la saga no son para nada forzados y son incluso hasta orgánicos a la trama.
Técnicamente no hay nada que criticar: fotografía, diseño de producción y montaje sin fisuras. La partitura de Michael Giacchino lo solidifica como un digno sucesor de John Williams, pero sin sacrificar su propia impronta. No obstante, lo que me veo obligado a destacar es la labor de efectos visuales que tiene la película, que los va a dejar con la boca abierta, y no sólo por las escenas de acción. No puedo especificar; es algo que van a saber cuándo lo vean.
Por el costado actoral tenemos labores equilibradas de todo el reparto. No hay lo que se dice una labor destacada, de esas que se roban la película, porque salta a la vista que se trata más de un trabajo de equipo que de otra cosa.
Conclusión:
Basada en un sólido guión, una ejecución con gracia en los apartados visuales y la prolijidad a nivel interpretativo, Rogue One cumple con las expectativas y en no pocas ocasiones las supera. Una narración entretenida al igual que emotiva, como debe ser toda aventura de Star Wars. A riesgo de valerme de una frase hecha, tengo que decir que La Fuerza es fuerte con esta película.