Rojo

Crítica de Cristian Colantonio - La Butaca Web

Este guionista y director argentino demuestra que las historias están al servicio de una premisa clara sobre la sociedad y el ser humano, como si todo lo que hacemos es la consecuencia de quienes somos. En este caso, sobre la hipocresía dentro en una comunidad, como los mecanismos violentos que co-existen y que aquí se suscitan como el germen de un estado dictatorial que vivió la Argentina posterior al relato.

La película que transcurre por el año 1974 y se ocupa de esa naturaleza que pudimos ver en “Relatos Salvajes” sin ahondar en un tema ya conocido -o bien desarrollado en otras películas de manera más evidente- y que es ésa cicatriz que nuestro país aún cuestiona.

El humor negro y el estilo que transita ROJO, también deja entrever el sello autoral que esperamos de una cinematografía nueva que logra atmósferas y que no subestima al espectador. La inteligente elección de Alfredo Castro Gómez, actor chileno, que denota una comprensión acabada del material, potencian a un Darío Grandinetti en una de sus mejores actuaciones, sino la mejor, y deja claro lo que sucede cuando dos grandes figuras tienen la oportunidad de trabajar juntas.

El premio al mejor director que logró esta película en el Festival de San Sebastián demuestran cómo estamos ante la presencia de un artista responsable sobre lo que cuenta, cuando cuenta.