Con una fotografía sublime en blanco y negro -digna de ver en pantalla grande- Alfonso Cuarón nos regala una historia que es el reflejo de nuestro pasado, aquel que nos recuerda a nuestras niñeras de la infancia y lo que surge del más profundo amor. La mía y de mis hermanos –de nombre Lili- habría tenido la misma edad que la Cleo de Cuarón, aquí interpretada de manera extraordinaria por Yalitza Aparicio, quien surgió de un exhaustivo casting y que expresa más allá de las palabras.
Aquellos momentos, los recuerdo tanto como este relato sincero e íntimo que construyó con paciencia este ganador del Oscar -quien rodó su anterior película hace ya 5 años, “Gravedad”- y que aborda unos de los temas más transversales del ser humano.
Con diálogos precisos, ROMA (nombre de la colonia que dispara varias interpretaciones) contiene una de las frases más representativas de nuestro tiempo. “No importa lo que te digan, (las mujeres) siempre estamos solas”; y en ése devenir, una de las imágenes más significativas cuando un integrante de la familia se lleva las bibliotecas dejando una enorme cantidad de libros en el suelo, como si la sabiduría de los integrantes de esta familia, fueran ahora sostenidas por la fuerza de las mujeres.
Eso es ROMA, posiblemente la próxima ganadora al Oscar por película extranjera.
(Calificación: 9/10)