Roma

Crítica de Manuel Esteban Gaitán - Conexión Cultural

Estrenada recientemente en las salas de Argentina, Uruguay, Colombia, Perú y Chile, y disponible también en la plataforma de Netflix, Roma es la nueva película del aclamado cineasta mexicano Alfonso Cuarón, realizador de filmes un tanto dispares como Children of men, Y tu mamá también, Solo con tu pareja o Gravedad, entre otros. En esta oportunidad, Cuarón también se encargó del trabajo de guión y fotografía de esta cinta, filmada en blanco y negro, y que cuenta con una serie de premios, de los cuales se destaca un León de Oro en el pasado Festival de Venecia.

Roma nos traslada al México de comienzos de la década del 70′, mostrándonos la forma de vida que lleva una familia de clase media-alta, que vive en una Colonia llamada como la película en cuestión. Allí trabajan dos sirvientas, Cleo (Yalitza Aparicio) y Adela (Nancy García); ellas se encargan tanto de la comida y limpieza de la casa, como del cuidado de los cuatro hijos, con los que llevan un vínculo amigable y con cierto tinte familiar. Un viaje a Canadá alejará temporalmente al padre de sus hijos, que quedan al cuidado total de su madre y las dos empleadas. A partir de allí, se dan una serie de eventos que giran en torno a Cleo, que toma el rol de protagonista, pero sin perder de foco todo lo referido tanto al entorno familiar que forma parte de su vida, como a la situación socio política que atravesaba México en aquellos años. Vale añadir a este punto, que Cuarón se inspiró en su propia infancia para el armado de la historia de Roma, lo que le permitió una mejor reconstrucción de época.

El mayor logro de Cuarón en Roma es sin dudas todo lo referido a fotografía, la elección de cada plano, la puesta en escena, edición de sonido y la mencionada reconstrucción de época, demostrando un trabajo impecable y milimétrico desde la concepción misma, invitando al espectador a sentarse, viajar en el tiempo y formar parte de la historia. Una serie de escenas resultantes de esta labor de gran factura probablemente sean las que dejen huella en el imaginario de quien se aventure a visualizar Roma. Otros puntos a destacar son; por un lado, un claro mensaje que se deja entrever referido a las diferencias entre clases y estratos sociales, un fuerte machismo presente, y ciertas reminiscencias al cine de Roberto Rossellini; y por el otro, un claro acierto en lo que concierne a las actuaciones, muy acordes a lo que la historia pide. Sin embargo se percibe demasiado la intención del realizador mexicano de estirar escenas, de jugar con los tiempos, y de amplificar lo minucioso y cotidiano, siendo por momentos ameno, y de clara utilidad para reforzar el eje del relato, y por otros un tanto excesivo, llevando al límite la capacidad de concentración del espectador, algo no siempre aconsejable. Al margen, el nuevo filme del cineasta Alfonso Cuarón, es de esos en que cada uno debe vivir su propia experiencia, dejarse llevar y sacar sus propias conclusiones, siempre y cuando se entienda de base el concepto de cine como arte, claro está.