Román tiene una vida bastante rutinaria, simple, pero que para él es todo lo que puede pedir. Asiste de forma regular al gimnasio, sigue una dieta a rajatabla, es creyente y participa en el templo del barrio, pero por sobre todo, es un policía de calle que cumple su trabajo honestamente. Pero todo se empieza a derrumbar cuando ve que los lugares en los que era feliz, están podridos de corrupción.
Estas son las películas que a uno como redactor más le duele comentar, porque estamos hablando del cine argentino; y uno trata desde este humilde lugar, fomentar la producción nacional. Pero ante todo tenemos que ser sinceros con nosotros mismos y con ustedes, y por desgracia tenemos que decirles que Románes una muy pobre película.
Empezando por su protagonista, Gabriel Peralta Rangel, quien suponemos que actúa de esta manera por pedido del director Eduardo Maneghelli, y no porque en verdad es su forma de interpretar a un personaje. Si bien entendemos que se está componiendo a una persona simple y metódica, esto no es condicionante para que alguien se mueva y hable de forma robótica, casi como si estuviera recitando el guión de memoria, o leyéndolos en el momento.
A esto debemos sumarle una historia que si bien es bastante sencilla, no termina de ser clara en su premisa ni en su ejecución. Y es que no le encontramos mucho sentido a que alguien que se rige por una conducta intachable de hacer lo correcto, a la primera cosa que rompe su esquema, le planta cara al estilo “justicia por mano propia”. No solo no coincide con el personaje en sí, sino que nunca vemos un motivo de quiebre para que empiece a comportarse como un Punisher argentino.
Vale destacar que los personajes secundarios, pese a ser clichés, si se nos presentan más interesantes, y hasta nos da curiosidad en ver en que andan metidos y porque nuestro protagonista se distancia tanto de ellos. Pero apenas sabemos de sus vidas, por lo que nunca podremos conectar con nadie aparte del propio Román.
Román se vuelve una película difícil para el espectador, y no porque presente un argumento muy complicado. Pero desde la poca lógica de los actos de su personaje principal, hasta tener un protagonista con el que es imposible empatizar (pese a sus buenas intenciones) por la interpretación del actor; pocos sentirán interés por dicho film, pese a que se notaba que había buenas ideas de fondo.