Todo el peso y el desarrollo de la historia cae sobre el personaje de Román (Gabriel Peralta, “Angelita la doctora”), quien no logra transmitir. Hay escenas, situaciones y momentos que no te llevan a ningún lado y resultan superfluas, todo es muy estático y los diálogos resultan muy pobres.
Los papeles secundarios están integrados por un buen grupo de actores pero no logran destacarse, apenas una aparición de Carlos Portaluppi, pero igual es intrascendente, no remonta. Lamentablemente no existe una vuelta de tuerca, ni un conflicto fuerte. Un film fallido.