Desinflado romance
Hay unas cuantas adaptaciones cinematográficas de esta clásica tragedia de Shakespeare. Las más populares, probablemente, sean la del italiano Franco Zeffirelli de 1968 que ganó dos premios Oscar y la que estrenó en 1996 el australiano Baz Luhrmann, una polémica versión pop que protagonizaron Leonardo DiCaprio y Claire Danes. Esta que llega ahora a los cines argentinos, dirigida por el italiano Carlo Carlei (El vuelo del inocente) , es de las más chatas y conservadoras. Orientada fundamentalmente al público adolescente, presenta a dos jóvenes carilindos, el británico Douglas Booth, quien encarnó al cantante de Culture ClubBoy George en el film Worried About a Boy , y la estadounidense Hailee Steinfeld, nominada a un Oscar hace un par de años por su trabajo en Temple de acero , el western de los hermanos Coen. La película revive la famosísima historia de amor surgida en medio del sangriento enfrentamiento entre Montescos y Capuletos en la Verona del siglo XIV simplificando al extremo la historia, un trabajo que llevó a cabo sin prejuicios el guionista Julian Fellowes (el mismo de la serie británica Dow n ton Abbey ).
Gracias al imponente vestuario, las preciosas locaciones y sobre todo el trabajo de algunos secundarios (Damian Lewis, el atribulado Nicholas Brody de la serie Homeland ; Paul Giamatti, como el pícaro fraile Lorenzo, y la experimentada Lesley Manville), esta película convencional y sin alma respira un poco. Pero se desinfla cada vez que los protagonistas se encuentran, dada la poca química entre ambos. Y es en la escena final, el pico dramático de la historia, donde eso queda patente: los protagonistas, lejos de contagiar emociones que la banda sonora intenta empujar denodadamente, parecen estar cumpliendo con un trámite que rápidamente pasará al olvido.