Para jugar al juego, que mejor juega y que más le gusta...
Ya desde su título, "Rompecabezas", la Opera Prima de Natalia Smirnoff deja abierta la puerta para un juego de asociaciones y recontrucciones lógicas y emocionales: es la historia de María del Cármen, una mujer que durante 20 años o más se ha dedicado a su familia -su marido y sus hijos- y que descubre, casi azarosamente, una pulsión, una pasión, un deseo al que decide escuchar y actuar en consecuencia.
Un simple regalo de cumpleaños de una tía, será el disparador para que descubra en ese armado, en ese montaje, en esa búsqueda de la pieza correcta, la reconstrucción de un mundo interno propio. Descubre su "don": una forma y un estilo de hacerlo únicos -tiene una rapidez y una singularidad en el armado que asombra incluso a muchos expertos-, despliega su autodidacta y se anima a arriesgarse a más.
En cada rompecabezas se redescubre, abandona momentáneamente su faceta conocida, la de "ama de casa-esposa-madre" para dejarse envolver por un juego que la desestructura, que le presenta a ella misma como una desconocida, que le hace poner en juego su pasión y principalmente, que le abre puertas a otras zonas de sí misma, completamente desconocidas. Nuevas facetas, nuevas versiones para una misma María del Cármen.
María Onetto es la actriz ideal para dotar de vida a este personaje en cada una de sus miradas, en sus silencios, en sus gestos. Crece a medida que avanza la trama, a medida que se deja llevar por su deseo, a medida que deja libre su espíritu de juego... y se alía junto con las fichas de cada rompecabezas -exquisitamente filmadas-, transformándose en las protagonistas excluyentes del relato.
Paralelamente, ve un anuncio en la tienda de rompecabezas en donde alguien busca a un compañero de juego para una competencia de rompecabezas. Es ahí donde aparece su partenaire de juego (Arturo Goetz, otra actuación brillante), y con él, un nuevo descubrimiento, otra nueva capa, un nuevo velo que María del Cármen se anima a descorrer ... hasta soñar con una competencia internacional de rompecabezas.
Una fábula de ruptura de la rutina, de encontrar una nueva versión oxigenada de una misma vida, de un fuerte despertar interior, que encuentra en la dirección de Natalia Smirnoff un timón que la lleva a puerto seguro. Una deliciosa historia con excelentes actuaciones, nutrida con diálogos y situaciones con mucho sentido del humor, con mucha inteligencia pero por sobre todo, trabajadas con la sencillez casi imperceptible con la que cada uno atraviesa estas transformaciones renovadoras.