Rosalinda

Crítica de Juan Pablo Russo - EscribiendoCine

Variaciones sobre Shakespeare

Matías Piñeiro es un realizador al que le gusta indagar sobre la obra de diferentes escritores. En Rosalinda (2010), uno de los tres mediometrajes que formaron parte de un proyecto digital que se realizó en el marco del Festival Coreano de Jeonju, la investigación surge en base al personaje femenino de la obra del dramaturgo William Shakespeare.

Un grupo de amigos en una isla ensayan una obra shakesperiana. Rosalinda es quien lleva el hilo del relato en el que la ficción se disipará frente a la realidad de la misma manera que los personajes lo hacen con las personas. ¿Todo es realidad, ficción o un conjunto que se complementa? La respuesta es libre.

Matías Piñeiro trabaja en apenas 43 minutos sobre el género de la comedia pero de una manera poco usual. Sobre los textos de Shakespeare y el “supuesto” ensayo se armarán y desarmarán los más variopintos enredos amorosos entre quienes integran una especie de “casa de gran hermano” y como Rosalinda vive estos episodios.

Con una cámara movediza e inquieta que actúa como una espía tras los pastizales y una puesta colorida que se ve favorecida por la saturación del color, Rosalinda es, tal vez, la propuesta más lineal del realizador, que ya había trabajado sobre Domingo Faustino Sarmiento en El hombre robado (2007), marcando el rumbo de su búsqueda como director.