Madre coraje
“Rosita” (2018) es una película dramática nacional dirigida y escrita por Verónica Chen (Agua, Mujer conejo). Filmada en Olivos, la cinta cuenta con el protagonismo de Sofía Brito (La omisión). Completan el reparto Marcos Montes, Javier Drolas, Dulce Wagner, Luciano Cáceres, Mariana Chaud, Joaquín Rapalini, Felipe Dratler, Noemí Frenkel, Verónica Hassan, entre otros. El filme estuvo en Competencia Latinoamericana dentro del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata.
La historia gira en torno a Lola (Sofía Brito), una joven madre de tres hijos que trabaja en un salón de belleza. A pesar de no tener una buena relación con su padre Omar (Marcos Montes), a Lola no le queda otra que aceptar vivir en su casa ya que el dinero no le alcanza. Una noche, al regresar de trabajar, Lola se encuentra con un panorama preocupante: sus dos nenes están jugando a la PlayStation solos y no hay rastros ni de Omar ni de Rosita (Dulce Wagner), su hija más chica. Teniendo en cuenta los antecedentes penales de su padre y unas revelaciones impactantes sobre a qué se dedicaba éste en su pueblo natal, más las noticias televisivas horrorosas del día, Lola llegará a creer que el enemigo estaba más cerca de lo que creía.
En un principio como un thriller psicológico para luego pasar a un drama familiar donde se refleja, por sobre todo, la falta de comunicación y la miseria que puede existir en las relaciones humanas, la nueva película de Verónica Chen se caracteriza por mantener en vilo al espectador. Y es que, al igual que Lola, no es muy difícil maquinarse y llegar a pensar lo peor sobre dónde está Rosita. Sin embargo, y aunque desde la sinopsis no lo parezca, el filme no tarda demasiado en que madre e hija se reencuentren. Lo que verdaderamente inquieta y nos mantendrá con dudas durante todo el metraje se basa en saber qué es lo que pasó con la niña en esas largas horas nocturnas que estuvo fuera de casa, ya que los argumentos de su abuelo no resultan convincentes.
Dentro de un ambiente hogareño para nada armonioso, el filme expone, sin juzgar en ningún momento, las diferentes maneras de afrontar la maternidad. En este caso, la protagonista tuvo tres hijos, cada uno de distinto padre, y actualmente está de novia con otra persona. En esa casa que no se siente suya, Lola debe imponerse para tomar las decisiones sobre sus niños. La paranoia y los prejuicios están presentes hasta el desenlace, que puede llegar a ser decepcionante para muchos pero que sin lugar a dudas deja pensando bastante después de terminados los créditos.
En cuanto a las actuaciones, Sofía Brito es la película. En “La Omisión” (2018), otro bien logrado drama que iba sobre el rol de la mujer, Brito ya había demostrado no tenerle miedo al protagónico. Aquí pasa lo mismo, siendo totalmente magnética para la cámara y consiguiendo empatizar desde el comienzo. Por otro lado, Marcos Montes también hace un gran trabajo como su problemático padre Omar, en especial porque siempre que está en escena genera intranquilidad. Sus reacciones violentas, el tono de su voz y el control que ejerce por sobre Lola nos llevan a pensar que, definitivamente, hay algo en ese hombre que no cierra.
Con un buen guión e interpretaciones naturales por parte de los niños, “Rosita” resulta una película sobre vínculos más que atrapante. A pesar del abuso de flashbacks sobre el final, el filme es lo suficientemente original para sobresalir por sobre otras producciones nacionales.