Es un policial con todos los lugares comunes del género, desesperados, personajes perdedores, una prostituta que se prepara como una modelo, un hombre misterioso que dice ser un exconvicto, un periodista que investiga, un político de dos caras, el poder dentro del poder. Con eso, con un lenguaje de recuerdo televisivo, la acción avanza con convicción a veces, enrevesada, repetitiva, pero no aburre y genera buenos climas.