Ruby, la chica de mis sueños

Crítica de Fernando Alvarez - Todo lo ve

La chica de mis pesadillas

"Yo no escribí para vos. Yo te inventé" le dice el joven escritor Calvin Weir-Fields (Paul Dano) a Ruby, la chica de sus sueños (Zoe Kazan), un personaje nacido de su imaginación y de una vieja máquina de escribir.

Luego de publicar su primera y exitosa novela, Calvin cae en un bloque creativo que lo paraliza frente a una página blanca, pero su frondosa imaginación lo lleva a crear a Ruby Sparks en esta comedia sobre la vida alborotada de un autor que nunca pensó que una de sus creaciones cobrara vida y dominara su existencia.

Ruby, la chica de mis sueños propone una mirada interesante sobre el proceso creativo del personaje central y lo alimenta con situaciones cómicas y románticas, sin dejar de lado el costado más dramático: la soledad de Calvin, tratada en una extensa sesión de terapia (comandada por Elliot Gould, el actor de la recordada El socio del silencio).

"Tenés una vida miserable" le dice Ruby a su inventor mientras pasa desde los comportamientos más hilarantes e inesperados hasta una dependencia total de su -ahora- novio. Mientras Calvin siga escribiendo, Ruby sigue viva.

Bien actuada por la dupla protagónica y con roles secundarios de Annette Bening y Antonio Banderas, el film recuerda también a un título de los años ochenta, Sueños eléctricos.

La amistad, el enamoramiento, el perro Scotty (en homenaje a Scott Fitzgerald) y un libro que se las trae son algunos de los pilares de esta historia que mezcla con acertados recursos realidad y ficción, a partir de la presencia de una "chica" que se mueve a contraluz y altera los días de su craedor.