El amor imaginado
Si algo distinguía a Pequeña Miss Sunshine era que rompía con lo preestablecido. La pareja que forman sus directores Jonathan Dayton y Valerie Faris -con éxitos en la publicidad y el videoclip antes que en el cine- se tomaron su tiempo, y seis años después ya no analizan a una familia particular, sino a un escritor bloqueado y necesitado de atención amorosa.
En Ruby, la chica de mis sueños muestran a un individuo -que tiene su familia, pero el centro no es la interrelación, sino él-. Calvin tuvo un éxito editorial con su primera novela a los 19 años. Una década después, no sólo está paralizado: no sabe cómo empezar a escribir algo nuevo, ni cómo iniciar una cita. Y siguiendo el consejo de su psicólogo (Elliott Gould) esos sueños sobre la chica soñada los plasma en el papel de su máquina de escribir.
Y un día Ruby, la chica sobre la que escribía, se reaparece en realidad. Ya Calvin dirá que no escribe “sobre” Ruby, sino que “la” escribió. Ruby es como él la quería. Y si algo no le gusta, va, se sienta ante la vieja máquina, tipea y, por arte de magia, Ruby es y hace lo que él desea.
Película sobre el amor, la manipulación del ser amado, la necesidad de querer y de no querer, Ruby... abreva en varias fuentes. De la obvia Más extraño que la ficción (del mismo año que Pequeña… ), pasando por Harvey (con James Stewart), El ladrón de orquídeas , de Spike Jonze, y hasta cruzando con The Truman Show . No se le busca originalidad a la trama, lo original pasa por el tratamiento, y por qué harán los directores con Ruby.
Con o sin final feliz, el filme plantea más que lo que resuelve. De qué sirve tener a alguien soñado si se puede maniobrar sobre él como con plastilina. Aquí no hay cinismo -sí algo de presunción e inmodestia desde la realización, que en momentos nos aleja de los personajes-. ¿Vale más ser querido o querer?
Siguiendo con las parejas, Zoe Kazan (Ruby) escribió el guión, siendo nieta de Elia Kazan ( Nido de ratas ), y su novio en la vida real es Paul Dano, el protagonista de este filme singular e insólito. Por ahí está Antonio Banderas, en una de esas películas en las que no debería estar.