Deconstruyendo al western clásico
Rodar una película no es tarea fácil, y menos si es un western . Esto lo sabe muy bien Sergio, un director de cine español que con su guión ya escrito recorre las oficinas de varios productores para interesarlos en el proyecto, pero la negativa es feroz. ¿Qué hacer con esta historia por la que él siente tanta pasión? ¿Cómo resolver el problema de concretar esa obsesión? Finalmente decide viajar al norte de Chile para tratar de buscar allí la inspiración necesaria para reescribir esa historia que siempre soñó. Pero al llegar al desierto de Atacama, comenzarán sus dificultades. Los pocos pobladores lo observan con mucho temor desde las puertas de sus desvencijadas viviendas y él no comprende el rechazo. Sin embargo, su estupor será mayor cuando alguien lo llama Diego. ¿Quién es Diego? Un criminal que dejó un tendal de muertos y, como si esto fuese poco, tuvo relaciones sentimentales con la esposa del hombre más poderoso de la zona.
El director Diego Rougier elaboró con calidad y originalidad un entramado que va creciendo en intensidad a medida que Sergio es hostigado hasta verse convertido en un antihéroe. Indudable admirador de los films de Sergio Leone, el realizador consiguió dotar a su anécdota de ese clima de violencia y de cierto misterio que poseen algunas de las más emblemáticas producciones norteamericanas inscriptas en el western . Sal es un desafío del que Diego Rougier sale airoso y para ello contó con los muy buenos trabajos de Fele Martínez, Patricio Contreras y Javiera Contador.
Conviene mantener en secreto el final, que incluye un duelo en el que intervienen sus protagonistas centrales y remite a la escena culminante de A la hora señalada , ese inolvidable film que quedó como emblema del género.