El sueño americano es irresistible, incluso para gente de todo el mundo. Pero cuando el cordobés Víctor Hugo Saldaño viajó a los Estados Unidos en 1989, comenzó a padecer un calvario: en 1995 fue detenido en Texas por robo y asesinato de un lugareño. Texas es una ciudad que no se caracteriza por ser indulgente con los criminales, y menos si provienen de tierras sudamericanas y no tienen pasaporte ni recursos lo suficientemente fuertes como para pelear por su libertad. De hecho, Saldaño es el único argentino condenado a pena de muerte.
En Saldaño: El Sueño Dorado, el periodista Raúl Villarruel no se queda en el registro de un hecho policial que involucra a un argentino en latitudes extranjeras: presenta a un hombre que pasó de victimario de un ciudadano a víctima de la aplicación de la ley por parte del estado más férreo y puritano del país más poderoso y conservador. Saldaño es la prueba de cómo cuestiones raciales influyeron para que el veredicto fuera más cruel (al parecer, la condición de negro o de latino son grandes motivos de mayor peligrosidad futura que si uno fuera blanco), lo que motivó la nulidad de la primera sentencia y la protesta de organizaciones que luchan por los derechos humanos y la creación de la Ley Saldaño, que impide la condena por cuestiones raciales. Claro que estos logros no impidieron que siga tras las rejas en el Corredor de la Muerte, y en un estado mental cada vez más deteriorado.
El director recurre a testimonios de la madre de Víctor, del apoderado legal, más abogados (contó con uno distinto para cada juicio), el ex cónsul argentino en Houston y el Grupo Saldaño, de la Cancillería Argentina. A través de los testimonios, conoceremos el principio de la aventura de Saldaño en las tierras del Tío Sam, sus ambiciones de conocer otras latitudes, su no-despedida de la familia, los primeros años en Norteamérica (llegó recorriendo casi cada punto de América Latina, y de manera ilegal), y cómo su periplo lo llevó a involucrarse en los barrios bajos texanos, donde supuestamente cometió el asesinato del que se lo acusa. Y, sobre todo, se adentra en los pormenores de los juicios, con la abundancia de relatos de procedimientos legales que -de todas maneras- no resultan herméticos ni sólo para entendidos.
Por supuesto, el material más jugoso consiste en grabaciones de Saldaño estando prisionero, durante interrogatorios, donde relata qué es lo que sucedió realmente y también detalles que permiten conocer sus creencias y su punto de vista sobre todo lo que lo rodea. Saldaño: El Sueño Dorado es un documental que no emite juicios de valor y que, mediante la figura de Víctor, denuncia las oscuridades e imperfecciones del sistema judicial estadounidense, sobre todo de Texas.