Salvajes

Crítica de Elena Marina D'Aquila - A Sala Llena

¿Dónde están los salvajes?

Hace mucho tiempo que no veía un guión tan malo como el de Salvajes. Con frases como “Aquí Dios estacionó el séptimo día y se lo llevó la grúa el octavo”, “Yo tengo orgasmos, él tiene guerrasmos”, o “Buda es un hindú gordo”, algo que dice uno de los protagonistas y que supuestamente debería causarnos gracia. También debería hacernos reír la música del Chavo del 8 que le suena hasta el hartazgo a Chon en la computadora y en el celular. Pero describamos un poco a los dos protagonistas masculinos: uno es un muñecote G.I Joe/surfer que se las da de guerrero, pero es más bien un John Carter con esteroides. El otro, además de ser dealer, en su tiempo libre es filántropo en África y es “blandito” cuando de matar gente se trata. Pero eso no implica que no pueda prenderle fuego a un hombre que ellos mismos inculparon para salvarse y que fue torturado previamente delante de sus ojos...