Samarra es una historia de ficción que se inspira un hecho real que fue en el asesinato y violación de una chica iraquí de 14 años por parte de un grupo de soldados norteamericanos.
Lo que me impactó de este film es que es la primera película de ficción realizada por un artista de los Estados Unidos, que retrata a la perfección lo que la gran mayoría de la comunidad internacional siente sobre la invasión a Irak y el desastre que la administración de George Bush generó en esa región del mundo con una guerra totalmente inventada.
De Palma refleja con mucho realismo lo que se siente vivir en este momento en Irak donde podés morir victima de un atentado terrorista o en la incursiones del ejército estadounidense.
Como tal vez recuerden, el cineasta ya había trabajado en Pecados de Guerra (1990), con Sean Penn, un hecho similar que se refería a la guerra de Vietnam.
La particularidad de Samarra es que fue filmada con cámaras digitales, a lo Cloverfield o Diario de los Muertos (de George Romero) que en este caso retrata la visión de un soldado, quien decide registrar todo lo que sucede en su pelotón con su cámara personal.
La historia además es narrada desde otros puntos de vista, que incluye a un documental francés (también ficticio) que habla sobre la vida en Irak luego de la invasión norteamericana. El realismo que tiene la historia se intensificó con la decisión del cineasta de trabajar con actores no profesionales, que en mi opinión hicieron un gran trabajo.
De Palma, quien se convirtió de la noche a la mañana en el Enemigo Público número 1 de su país con este trabajo, comentó en varias entrevistas que estaba cansado de la mirada con la que los medios mostraban al Ejército de su país en películas y noticieros y él quería retratar la otra cara de lo que ocurre en Irak que mucha gente no esta dispuesta a aceptar.
De alguna manera Samarra describe de manera contundente el fracaso de las estrategias de la administración Bush en materia de política internacional. El mensaje del realizador es claro: El Ejército de un páis no puede actuar como policía internacional imponiendo su ley en el mundo.
Voy a ser honesto, este trabajo de De Palma, que es lo mejor que hizo en muchos años, es un film deprimente que te deja con una sensación de angustia al final. Los últimos 30 segundos donde se muestran imágenes terribles de víctimas civiles de Irak, son fuertes. Muchas de esas fotos no son reales y fueron armadas para la historia pero igual te golpean.
Samarra es una experiencia fuerte pero que es muy interesante de ver ya que constituye un documento honesto y contundente de los tiempos que corren.