Daños colaterales
Hay palabras que podrán tacharse, imágenes que sufrirán cortes en una edición parcial; discursos que intentarán silenciar en la impunidad de un mundo donde los poderosos siguen aniquilando a los débiles bajo la indiferencia de todos y la complicidad de muchos. Si bien Samarra (Redacted), documental creado por Brian De Palma en el año 2007, llega con retraso a la cartelera porteña -en formato DVD- su vigencia resulta más que apropiada cuando en la era Obama el ejército norteamericano continúa aún usurpando el Medio Oriente.
Apoyado en una dialéctica que conjuga material de archivo desde formatos heterogéneos como internet o filmaciones digitales, reconstrucciones dramáticas con actores para trazar una mínima trama y extractos de un documental francés sobre una barricada y punto de control del ejército, el director de Doble de Cuerpo traza las coordenadas de un subtexto que procura desnudar las miserias del ejército imperialista durante la ocupación en Samarra. Esta ciudad, además de soportar la invasión, alberga historias aberrantes que involucran explícitamente a soldados norteamericanos.
El disparador que moviliza el opus de De Palma es el asesinato de una menor sunnita y toda su familia luego de ser violada sistemáticamente un 4 de Julio (paradójicamente el día conmemorativo de la Independencia Yankee) por un grupo de soldados que quedan registrados por otro de origen latino que pretende filmar su experiencia para estudiar cine al regresar de la guerra.
De las conversaciones triviales y una constante exposición de la brutalidad e ignorancia de estos patéticos jóvenes rasos se van extrayendo los fragmentos conceptuales que encierran esta obra valiente y crítica de la ideología dominante con vocación imperialista. Se descorre con crudeza, entonces, el velo de la falsedad con la contundencia de un compendio de imágenes que reflejan la cara oculta de la guerra: la matanza impiadosa de civiles bajo el justificativo de restaurar la democracia.
Por otro lado, y en un segundo nivel expositivo, el realizador se atreve a reflexionar sobre la representación y la realidad al utilizar el artificio de la ficción con la clara intención de despabilar mentes que ven la guerra por TV como si se tratara de un blockbuster de acción.
No hay nada que objetar a este alegato antibélico; también lo era otro gran film como Pecados de guerra (también de De Palma), que junto a Iraqui Shorts Films (estrenada en el BAFICI el año pasado) se definen como películas obligatorias, contundentes y necesarias para comprender un poco mejor al mundo.