En la frontera entre Bolivia y la Argentina una pareja de jóvenes "mulas" tiene un grave percance y el hombre muere con las cápsulas de cocaína en su estómago. La joven es apretada por los narcos que la contrataron para que recupere la droga a como dé lugar. Sin saber bien qué hacer, ella deja el cadáver en el cuarto de su hotel y llama por teléfono a su padre, con el que por algún motivo no sólo no tiene la más minima relación sino también un fuerte resentimiento mutuo.
"Sangre blanca" es un temible drama policial, con situaciones escabrosas a las que no escapa a la hora de ubicar la cámara. La directora y guionista Bárbara Sarasola-Day construye un relato tenso y cruel donde la anécdota policial se mezcla astutamente con esa relación padre-hija de la que casi no sabemos nada, excepto que está repleta de malas vibraciones. Si el film logra un alto nivel de verosimilitud no es sólo por el buen uso de las locaciones de la frontera y la elección de los personajes secundarios, sino sobre todo por las excelentes actuaciones de Eva de Dominici y Alejandro Awada en dos composiciones complejas.