Sangre de mi sangre nos sitúa en un monasterio en el norte de Italia en el siglo XVII. Allí una monja acusada de brujería seduce a un joven confesor quien se niega a ceder a la ardiente tentación. La trama irá desde esa época a la actualidad en un viaje plagado de interrogantes. El veterano Marco Bellocchio es el responsable de esta laberíntica pero atrapante cinta ambientada en dos épocas distintas, en un mismo ámbito. Un filme inquietante, misterioso, por momentos lisérgico, heredero de Umberto Eco, más cercano al cine experimental que al séptimo arte narrativo. Una experiencia fílmica sobre la corrupción, las obsesiones humanas y la religión. Cine de autor puro y duro.