Hernán Belón (El Campo) presenta su nueva película dramática Sangre en la Boca. Esta nueva propuesta es una adaptación de un cuento corto venezolano escrito por Milagros Socorro del mismo nombre. Tal como lo contó el mismo director, este proyecto lo viene acarreando desde hace más de 6 años y confiesa que “es una emoción muy grande poder estrenarla ahora con Leo”. Hernán mientras adaptaba el guion, junto con Marcelo Pitrola, ya tenía a Leonardo Sbaraglia (Al Final del Túnel, Relatos Salvajes) en mente para interpretar el papel de Ramón, un boxeador que está llegando a los 40 años y a punto de retirarse para dedicarse a una vida que no le atrae mucho. Él cree que todavía es joven y puede seguir cosechando más títulos, cuyo deseo aumenta más cuando conoce a Débora (Eva de Dominici), una joven boxeadora de Misiones con mucho talento por explotar. Ramón encuentra en ella la posibilidad de “empezar todo desde cero, volverse a sentir joven”, explica Sbaraglia, “pero este mundo de violencia empaña todo lo que lo rodea, afectando no solo sus relaciones, sino que también hasta su propia familia. Ramón no sabe cómo descargar sus impulsos violentos y eso hace que se autodestruya”.
Leonardo Sbaraglia, quien es el que más se destaca en esta historia, entrenó por varios meses con profesionales del boxeo. “Fuimos con Joya Chávez a ver diferentes peleas en clubes sociales para que pueda conocer cómo era el ambiente en el que Ramón se iba a mover, como así tuve la oportunidad de conocer a Locomotora Castro, quien me compartió varias experiencias”, sostiene Sbaraglia. Luego de unos meses, se les unió Eva, quien cuenta que este papel “es un gran quiebre en mi carrera” ya que además de ser su primer rol en cine, la preparación de este personaje y los tiempos que maneja son muy diferentes a los que ella está acostumbrada a manejar en las tiras televisivas. En cuanto a ella, se puede decir que no tuvo mucha oportunidad de explotar su personaje ya que se la mostró principalmente como un personaje muy “salvaje” que solo busca sexo y violencia, y que eso es su concepto de amor.
A pesar de que Hernán quería mostrar una historia de amor diferente, que transcurriera en un mundo de boxeo, la película carece de generar algún tipo de empatía con la pareja o siquiera con alguno de los dos personajes principales, debido a que no vemos un buen desarrollo de ambos. Desde el inicio, ya se percibe que esta pareja se forma de manera repentina y hasta un poco inverosímil que deja un poco descolocado al espectador, para después ver solamente puras escenas de sexo y violencia entre ambos protagonistas.
La fotografía es adecuada ya que remite a conocidas películas del género como ser Snatch (Guy Pierce) o Warrior (Gavin O’Connor) que tienen como marco contextual el boxeo. El uso de la cámara lenta y primeros planos centrados en los luchadores, sumado al buen montaje y trabajo de sonidos y Foley, hacen verosímiles los puñetazos y golpes que sufren los personajes. En referencia a la banda sonora, acompaña correctamente las escenas, pero no brinda ningún momento musical destacable o que resuene luego en el espectador.
En conclusión, se puede mencionar que esta película falla en aspectos argumentales ya que sus personajes no tienen un buen desarrollo y solo se centran en escenas eróticas y de luchas; sin embargo, posee un buen trabajo en cuanto a imagen y sonido.