Después de las bombas
Sarajevo fue el escenario hace algunos años de una guerra civil salvaje que provocó situaciones dramáticas que conmovieron al resto del mundo. Los efectos de esas situaciones se mantienen en el tiempo, son pequeñas bombas de tiempo que de alguna manera u otra detonan hoy. Sarajevo mi amor es una pintura descarnada pero a la vez esperanzada de una sociedad atravesada por el odio del pasado.
Una madre y su hija adolescente viven en Sarajevo a salto de mata, la chica asegura ser hija de un héroe de guerra y una excursión con el colegio le da la posibilidad de presentar los papeles que la acreditan como tal.
Sustentada en las grandes actuaciones de un elenco sin fisuras la película avanza en la pintura de un mundo devastado y gris en el que malviven sus habitantes recibiendo ayuda internacional, pensiones de guerra y en el caso de los ex combatientes, actuando como sicarios en un mundo al borde de la legalidad todo el tiempo. La falta de cierta fuerza en el relato conspira para que Sarajevo… sea una gran película, pero ya se sabe que los grandes relatos escasean.