En Satanic: El juego del demonio jóvenes universitarios están haciendo turismo en lugares donde se han realizado ritos satánicos. Tras rescatar a una muchacha testigo de un sacrificio humano, los aventureros quedarán en la mira de un culto terrorífico. La premisa de esta cinta de muy bajo presupuesto dirigida por Jeffrey Hunt parecía buena, sobre todo por los datos reales alrededor de los lugares presentados. Pero esto termina siendo un dato mínimo ante un argumento plagado de clichés y lugares comunes. Malas actuaciones, de un elenco de desconocidos en el que apenas se destaca la "Reina del Grito" de turno, Sarah Hyland. El resto es un compendio de escenas que intentan ser aterradoras y terminan resultando risueñas. Apenas algunas cuestiones de efectos y maquillaje se salvan de esta clase B con olor a directo al home video.