El género terror no es para amateurs
Dos parejitas deciden pasar un par de días haciendo un tour satanista por Los Angeles. El recorrido incluye los negocios de cosas demoníacas de Hollywood Boulevar, una visita a la mansión de Sharon Tate, donde el clan Manson cometió sus horribles crímenes, y un poco más originalmente, alojarse en el cuarto de hotel donde una famosa satanista se suicidó para abrir una puerta al infierno.
Con esta combinación ya estarían las bases para una pelicula de terror más o menos standard, pero no necesariamente muy mala. Lamentablemente, el director Jeffrey Hunt combina de manera bastante amateur los distintos elementos logrando eliminar todo atisbo de tensión, y ni hablar de originalidad. Los protagonistas andan a tontas y locas por distintos peligros que superan por completo sus intenciones de satanistas aficionados y los van metiendo en situaciones con las que no hubieran querido tener nada que ver.
La trama demora mucho en arrancar realmente, al punto de que pasa más de la mitad de la proyección para que el asunto empiece a ir directo al grano. Igual en ese punto, cuando el terror está claro, el director hace las cosas mal.