Si, la propuesta suena reiterativa, y lo es, esta nueva entrega de la serie que parodia cintas de horror vuelve a valerse de todos los tópicos y clichés explotados ya hasta el hartazgo, para generar un verdadero bodrio fílmico que no logra hacer esbozar una sola sonrisa durante todo el metraje.
Y eso que el filme arranca bien, con un prologo en el Charlie Sheen y Lindsay Lohan se ríen de sus propias desgracias. Pero después todo termina en los clásicos chistes escatológicos, sexistas y de mal gusto que nunca logran ser efectivos. Hay referencias a “Mamá”, “Actividad Paranormal”, “Cisne negro” y “Posesión infernal”. Una comedia que, y no es un juego de palabras, como tal resulta un espanto.