Secretos patagónicos
La Patagonia esconde secretos, mitos y las leyendas surcan su tierra. Así lo vive Ernesto (Sergio Surraco), chubutense, quien vivió en Alemania casi toda su vida. Al enterarse de la muerte de su abuelo, vuelve al país para resolver unos negocios familiares, pero el rubro de la compra-venta lanar le es ajena y se distrae. Sus rasgos pétreos y ostracismo cautivan a Erica (María Lía Bagnoli), quien lo aloja en su hostería al recién llegado y, entre miradas cómplices, construyen una tímida historia de amor.
Pero el pasado se interpone cuando una foto con la palabra Schafhaus (Casa de ovejas , en alemán) despierta curiosidad en Ernesto. Allí se lo ve con sus padres y abuelos, siendo apenas un niño. Lo que seguirá es un lento devenir hacia la búsqueda de una vivienda abandonada que lo arrastrará a un origen inevitable.
Esta película de Alberto Masliah, rodada en Neuquén, se enmarca dentro de recurrentes planos crepusculares que meten al espectador en la frescura del sur argentino. Con un argumento que viaja entre la melancolía y el drama de la perdida de identidad se destaca el papel revelador de Georgina (María Fiorentino) quien guiará a Ernesto hacia un pasado familiar que desconoce, pero siempre sospechó: fines de los años ’70, una zona gris para la memoria argentina. En los últimos minutos la película dará una vuelta de tuerca interesante, aunque predecible.
Algunos intrigantes planos secuencia sobre automóviles (¿con carácter publicitario?) y hacia personas contrastan con el logrado montaje exterior y fotografía del filme. La amistad de Ernesto con Martín (Guido Massri), es el nexo de él con una familia que lo obligará a alejarse de Europa para cimentarlo al suelo patagónico. Con todos sus secretos.