Volver a empezar
Wes Craven regresa a su saga más famosa para seguir asustando.
Más de una década después de la tercera y última parte de la trilogía Scream , la saga creada por Kevin Williamson y dirigida por Wes Craven regresa más como necesidad, parece, del guionista y director (que no han tenido una buena década laboral) que por motivos, digamos, dramáticos. Uno podría decir, y es cierto, que los cambios tecnológicos (internet, celulares inteligentes, cámaras omnipresentes y la super abundancia de reality shows) justifican adaptar las innovaciones temáticas de la saga a estos tiempos. Y, de hecho, el filme lo hace. El resultado, de cualquier manera, no agrega demasiado.
Si las primeras tres películas de Scream marcaron, en su época (entre 1996 y 2000), una simpática puesta al día del género, colando citas autoreferenciales y haciendo que el propio género de terror (más precisamente las “slasher movies” de los asesinos invencibles) fuera parte de la trama, Scream 4 levanta la apuesta aún más, jugando con citas dentro de citas, películas dentro de películas, referencias a secuelas, a actores y apostando por una regla central: en esta época nadie respeta las reglas de antaño.
Ergo, todo puede pasar en Scream , lo cual no quiere decir que el filme sea sorprendente. Por un lado, regresan al pueblo los protagonistas de la trilogía anterior, en este caso a 15 años de los crímenes, con motivo de la publicación del libro de memorias de Sidney Prescott (una muy poco entusiasta Neve Campbell). La periodista Gale Weathers (Courteney Cox) y su marido, el policía Dewey Riley (David Arquette) están también allí cuando una nueva serie de crímenes empieza a azotar la ciudad justo en el aniversario.
Allí aparece la nueva generación de protagonistas de lo que, en los planes al menos, debería ser una nueva trilogía, con Hayden Panettiere (de la serie Héroes ), Emma Roberts (la sobrina de Julia) y Alison Brie ( Mad Men ), como parte de un nuevo grupo de jóvenes que deben enfrentar el regreso del asesino Ghostface.
Dos especialistas en cine de terror que arman un festival con las siete partes del filme Stab (que en la saga vendría a ser como Scream , ya que ficcionaliza lo sucedido… en la ficción) se suman a la lista de posibles víctimas/sospechosos, además de algunos policías y las esperables rubias pulposas que, como todos saben, son las primeras en caer...
Más allá de la historia, que sigue rutinariamente el formato de las anteriores, la gracia del filme está otra vez en los juegos entre realidad, ficción y relectura de géneros que propone, al punto que antes de matar a un personaje le toman una prueba de cuánto sabe de cine de terror. El juego, claro, incluye varias películas del propio Craven y hasta las series en las que trabajaron los actores del filme. Si a esto se le suman las referencias al universo online, Scream 4 termina siendo una cadena de citas que se muerde la cola.
Los entusiastas del género, los fanáticos de Wes Craven y los seguidores de la saga disfrutarán del filme que no quita ni agrega nada a la trilogía previa. De hecho, hasta uno podría reciclar esta crítica de una de las secuelas y, algunos giros más, otros giros menos, sería más o menos igual.