Clásica e innovadora entrega que revitaliza la saga
Lo primero que tengo que decirles es que tengo debilidad por esta saga. Es bueno ser honesto, y para no pecar de subjetivo en exceso, es interesante poder aportar el conocimiento de la triología previa para poder evaluar este regreso de Wes Craven y los actores que nos asustaron en serio, en aquellos dorados 90. Y digo dorados, porque siento que el cine de terror está estancado y estratificado con pocos matices y escasos buenos libros en este nuevo siglo. Me gustó "Saw", más allá de la carnicería que propuso en cada entrega, porque (al menos varias de sus entregas) proponían un análisis moral sobre el personaje principal, y elegían un camino determinado (el gore) para cumplir su objetivo: impactar a la audiencia. Después, hay miles de películas clase B que podría nombrarles en las que nada se destaca en particular y que son todas carne de videoclub o cable directo. Dentro de la pobreza que aparece en este género, el regreso de "Scream" era esperado.
Wes Craven es un director de aquellos. Lo interesante es que en los 80 se destacó por cierto cine más proclive al misterio y lo onírico (como "Nightmare on Elm Street" o "The serpent and the rainbow") y en los 90 tomó una dirección más moderna con "Scream" donde volvía al espíritu clásico de las películas de suspenso y lo ensamblaba con una búsqueda policial inquietante dentro de una atmósfera que permitía algo de humor y mucho sarcasmo a cada fotograma. Esta cinta, recordemos, se tomaba en broma a sí misma y parafaseaba sobre los clásicos argumentos que en esos años desfilaban por el cine de terror de moda. O sea, había un guiño inteligente para el espectador y para el fan del género. Además, claro, estaba la aparición de "Ghostface", figura icónica de los 90 porque era una de las primeras que salía herida atacando a sus víctimas y distaba mucho de ser un asesino prolijo o cuidadoso. Tenía su estilo, digamos... Este criminal en serie siempre traía una sorpresa, y los sufridos protagonistas tardaban mucho en descubrirla... Y terminaban bajo tierra. Pero bien, esos años han pasado, y Craven logró juntar a su cast original para encarar un relanzamiento de su franquicia... El resultado?....
Esperable. Digo, un director con oficio sabe que hacer cuando tiene el desafío de reinventar un saga que tiene más de diez años desde su última aparición. Adapta el lenguaje, toma los códigos de los jóvenes y adolescentes (el uso de internet y los celulares aquí es central), enriquece el cast con actores nuevos que dan el perfil para la masacre en ciernes y se dedica a homenajear a los históricos (Neve Campbell, Courtney Cox y David Arquette) dandoles un lugar no central, pero presente a la hora de las definiciones. Lo rico de Craven es que toma nota del tiempo transcurrido en cuanto a que se burla, en palabras (faltaba nombre y apellido) de todas las tendencias actuales en películas de terror. La secuencia inicial es absolutamente brillante, cuando las chicas debaten sobre el género, él les pone palabras a su pensamiento, grafica y presenta su concepto; se puede asustar con humor y giros del guión, atendiendo a las convenciones más primitivas del género, es decir, efectos de audio, planos de giro para descubrir al asesino, etc... Lo importante no es (pareciera decir) cuanta sangre manchará las butacas de la sala, sino la emoción y la curiosidad por ver como evoluciona el camino de búsqueda hacia la resolución del caso. En ese sentido, los amantes del género estarán satisfechos por partida doble, verán asesinatos (un poco más subidos de tono que los de las primeras entregas) pero seguirán las pistas con atención para tratar de descubrir quien es "Ghostface" esta vez.
En líneas generales es un muy buen retorno y si bien los fans podemos sentir que esperabamos más (se dice que el metraje original del director es de diez minutos más, que esperemos estén en su versión DVD), no defrauda esta nueva entrega de "Scream", más si tenemos en cuenta que una generación entera accederá a ella por primera vez...
La historia ya la imaginamos. Transcurre en Woodsboro, donde fueron todas las matanzas de "Ghostface". Sidney (Campbell) es ahora una escritora famosa en gira que visita la ciudad para promocionar su último libro de autoayuda. Da la casualidad (que extraño no?), que justo llega al pueblo un día después de los aniversarios de las muertes del criminal ya mencionado, diez años atrás. Los jóvenes locales se emocionan con la llegada de tan macabra celebridad, Sidney es admirada y odiada, por ser la única sobreviviente de la feroz matanza producida años atrás. A poco de arribar a la ciudad, comienzan las muertes, con el mismo modus operandi de los tiempos pasados: la llamada, la máscara, las corridas, etc... Dewey (Arquette) es ahora sheriff de la ciudad, está casado con Gale (Cox) y estará a cargo de la investigación. Su esposa, ex escritora y reportera estrella de la televisión, ahora es una ama de casa frustrada porque dejó el periodismo por estar junto a quien amaba y no logra generar nuevos proyectos para su carrera. Cuando comiencen los asesinatos, Gale activará toda su vieja astucia para rastrear al culpable, haciendo una peligrosa búsqueda paralela a la de la ley, curiosamente representada por su marido en el otro bando...
Sidney tiene familia en Woodsboro, su tía y su sobrina, al desatarse la tragedia, ellas serán potenciales víctimas de un asesino que emula los derroteros de sangre de los predecedores, el espiral de muertes irá en ascenso mientras todas las fuerzas en cuestión se enfrentan buscando respuestas a los enigmas que cada crimen deja a su paso.
Y no quiero anticiparles más. Si son fanáticos del género o de la saga, es un producto digno que hay que ver. En cambio, si solo son espectadores casuales que no han visto las anteriores, les recomendaría ir preparados a verla, habiendo visto, por lo menos, la anterior, de manera de no perderse los guiños de la trama. Los 90 que parecían lejanos, cobran vida y nos tenían reservada esta sorpresa, "Scream" está de vuelta con nosotros. Da miedo no?!