Tras los últimos asesinatos de Ghostface, los cuatro supervivientes abandonan Woodsboro para dar comienzo a un nuevo capítulo en la ciudad de Nueva York. En este punto es que la nueva locación donde sucederán los acontecimientos cobra importancia, la ciudad de Nueva York pasa a ser casi un personaje más. El problema es que los directores no explotan todas las posibilidades que este le otorga.
Sam Carpenter (Melisa Barrera) sigue siendo la sobreprotectora de Tara (Jenna Ortega), su hermana menor, contra la voluntad de esta. Ha pasado un año desde los sucesos en el pequeño pueblo de Woodsboro, ahora viven en un mismo departamento junto a Mindy Meeks-Martin (Jazmin Savoy Brown) y Quinn Bayle (Liana Liberato) una compañera de Tara en la universidad. Como dato, hija del