¿Uno pensaría que la sexta entrega de una franquicia de terror tiene todas las fichas para ser mala, no es así? Scream 6 es una gran excepción.
El año pasado cuando se estrenó su recuela descubrimos una manera muy inteligente de continuar con la historia y obvio que también con todos los clichés y vicios del subgénero slasher.
Lo que tiene muy bueno esta saga es que se adueña de ello bajo la excusa del metalenguaje, de la franquicia dentro de la franquicia y ese tradicional y elocuente monólogo donde se analiza no solo lo que pasa sino también al mismísimo Hollywood.
Por ello puedo decir que la pasé muy bien con este estreno, es muy ágil y más gore.
Obvio que es muy fácil buscarle todos sus puntos flojos y exponerla, pero están muy bien justificados y se adueña del absurdo.
Seguimos con los personajes presentados en la entrega anterior y algunos de los originales.
Y la verdad es que todos caen bien, incluso a los que odiás.
Los directores Matt Bettinelli-Olpin y Tyler Gillett sigen en la misma senda que la entrega anterior.
No mucho más para decir son cometer spoliers, solo que, si disfrutaron de la anterior y de la saga en general, es una obviedad ver este estreno. Y si sigue así, larga vida a Scream.