Ya no es Woodsboro el escenario de las muertes, sino Nueva York, que ofrece, además de icónicos espacios, la imposibilidad de escape. Tara y Sam se enfrentan a nuevos desafíos, mientras viejos conocidos, como Gale Weathers, agitan al fandom con sangre y más sangre. La épica de la saga original intacta. Divertida y entretenida, además de, obvio, muy sangrienta.