El año pasado Matt Bettinelli-Olpin y Tyler Gillett, la dupla responsable de «Ready or Not» (2019) tomó las riendas de la nueva película de «Scream», para ofrecernos una buena mezcla entre la nostalgia por los queridos personajes de la saga y la introducción de una nueva generación para traspasar el mando de la historia, algo que se está volviendo cada vez más común dentro de la industria cinematográfica, con el objetivo de revivir ciertos éxitos.
«Scream» supo reinventarse a base de una buena combinación entre nostalgia, nuevas ideas y seguir ahondando en su estilo característico de una manera creativa, donde explora un costado metadiscursivo y autoconsciente. En esta oportunidad tenemos una continuación que vuelve a dejarnos más que satisfechos con el resultado.
Como bien se expresa en una escena del film, la secuela de la recuela nos ofrece escenas más espectaculares con muertes más sangrientas y creativas, no apto para personas impresionables pero sí para los amantes del slasher y el gore. El tono sigue mezclando el suspenso, el terror y la tensión con momentos de comedia, cuyos gags se cuelan cada vez más en el guion, con chistes inteligentes, ingeniosos y punzantes, con varios guiños al cine y a la cultura pop.
Fue una buena decisión haber cambiado de escenario de un pueblo hacia una ciudad mucho más caótica y grande como lo es Nueva York, que tiene más población y lugares donde escaparse y esconderse. Acá se nota también la mayor escala que tiene la cinta. La escena del subte que podemos ver ya desde el tráiler es uno de los momentos más tensionantes del film.
A pesar de que sigue una fórmula establecida por sus antecesoras, no es aburrida ni predecible. Siempre le encuentra una vuelta de tuerca final para sorprendernos e ir más allá de nuestros pensamientos. Tal vez por momentos puede ser un poco fantasiosa o buscar la manera de revivir a aquellos personajes que ya dábamos por muertos, pero también es parte de las reglas del juego.
En cuanto al elenco, ya tuvimos el traspaso de mando durante la cinta anterior, por lo que tal vez se nota un poco la falta de Neve Campbell como Sidney por su peso narrativo, pero tampoco resulta tan necesaria para llevar adelante la historia. En su lugar toman más protagonismo Courtney Cox como Gale Wathers y Hayden Patteniere, quien regresa a su personaje Kirby. De todas maneras, y como señalamos previamente, los verdaderos protagonistas ahora son los más jóvenes. Melissa Barrera, Jenna Ortega (que viene de tener un presente espectacular laboralmente hablando con «Merlina»), Jasmin Savoy Brown y Mason Gooding, entre otros actores que se suman en esta ocasión. Todos se sienten creíbles, podemos empatizar con ellos y a la vez sospechar de sus intenciones y movimientos para descubrir quién es Ghostface en este caso.
Todavía no está confirmado, pero se rumorea que habrá una continuación de esta franquicia, porque además su estreno tuvo muy buenos números. Una entrega como esta nos deja con ganas de ver qué más nos van a ofrecer, aunque su final nos da un vistazo y un adelanto de con qué podremos encontrarnos en un futuro. Una película que no decepciona, que va por más y que empieza a hacer de estos nuevos personajes un clásico.