El género de terror se despide del año con un exponente muy pobre.
La Argentina debe ser uno de los países con mayor consumo de cine de terror en el mundo. Estrenada solo en Estados Unidos, Kuwait (¿?) y aquí, Se ocultan en la oscuridad es el típico exponente clase B centrado en los sucesos paranormales en un pueblo chico. Una película vista mil veces antes… y mejor.
El protagonista es un doctor recién mudado a un caserón de ensueño que empieza a sufrir pesadillas con un ser monstruoso que lo acecha desde la oscuridad. Un ser muy parecido a Freddy Krueger. Nada original ni contundente sucede después: el doctor investiga, el monstruo se vuelve cada vez más real, lo ven algunos otros personajes…
Se ocultan en la oscuridad oscila entre el thriller psicológico y el terror más llano sin funcionar en ninguno de los dos terrenos. Para el primero le falta profundidad y desarrollo; para el segundo, una buena de dosis de oficio de parte de sus responsables. Con un guión trillado y previsible hasta la última coma, y un tono serio que nunca asume su condición de berretada, Se ocultan en la oscuridad no asusta, ni moviliza ni entretiene.