Pueblo chico, bodriazo grande
El miedo a la oscuridad es uno de los tópicos mas interesantes para explorar tanto la infancia como la adultez. En ambos estadios la idea de amenaza latente, o temor a lo desconocido encuentra formas de representarse, que siempre terminan por configurar criaturas, espectros o monstruos de diversa índole. Las pesadillas o parálisis de sueño van de la mano a este arcaico trauma y ese es el pilar en el que intenta apoyarse la estructura de este mediocre producto con enormes posibilidades de pasar al olvido una vez que se estrene.
Se ocultan en la oscuridad no aporta absolutamente nada novedoso a la convención de utilizar los elementos prototípicos para mezclar un drama familiar con secretos de pueblo chico, conectados con la desaparición de niños, algo así como un plan canje perpetrado por padres para que los hombres malos del sombrero no se lleven a sus retoños.
Ni más ni menos que eso, la trama se concentra en la familia del doctor Chambers, constituída por cónyuge a la dulce espera y niño pequeño asustadizo mientras la llegada del hijo mayor procura limar asperezas con el doctor, quien busca en la paz de ese pueblo el camino para comenzar de nuevo hasta verse atrapado por ese pasado de desapariciones y pesadillas que lo conectan directamente con las criaturas nocturnas.
Personajes secundarios poco interesantes, ritmo lento, compendio de lugares comunes, vueltas de tuerca forzadas y grandes torpezas narrativas hacen de esta propuesta semanal uno de los planes menos recomendables teniendo en cuenta los valores de las entradas.