En un pequeño pueblo viven Christine Booth (Michelle Hurd), Dean Booth (Kevin Grevioux “Underworld”) y la pequeña de 7 años Emms Booth (Sade Kimora Young) una noche bajo una fuerte tormenta eléctrica desaparece esta niña.
Pasan cuatro y una familia se muda a este pueblo, en medio de un bello paisaje, pero rodeados de la oscuridad de un bosque cercano, el doctor John Chambers (Brian Krause), es viudo y desea vivir tranquilo junto a su esposa Heather (Jaimi Paige) que se encuentra embarazada y su hijo de 6 años Nathan (Michael Leone).
Luego llega para instalarse con ellos, su hijo mayor Ben (Jared Abrahamson) con la noticia que ha abandonado la universidad y la situación se complica con los deseos de un padre y un joven al que le cuesta encontrar su camino. Una vez allí este apuesto joven conoce a la bella Nikki Collins (Noell Coet) quien es algo especial.
Esta familia comienza a vivir una serie de situaciones raras, aparecen pesadillas, monstruos, figuras y visiones terroríficas, personajes perturbados, seres oscuros, dibujos que causan temor y momentos que pasan a otra dimensión.
La película es un thriller de terror, la casa tiene misterio, pobladores llenos de secretos, miedos y un extraño túnel ferroviario abandonado cerca de la propiedad de Chambers. El director Drew Gabreski ofrece una estupenda fotografía ya que tiene experiencia por sus trabajos anteriores. Le falta mayor dramatismo, emociones, intriga y sobresaltos. Para los que vimos tantas películas similares nos puede resultar aburrida, puede llegar a interesar a los principiantes que incursionan en este género.