¿Quién soy?
Al hablar de apropiación de niños se establece un vínculo directo con lo sucedido durante la última dictadura cívico militar argentina y se olvida (o desconoce) que hay en el país cerca de 3.000.000 de personas que tienen dudas sobre su verdadera identidad. Secreto a voces (2018) trabaja sobre cuatro casos testigos, diferentes entre sí, de chicos apropiados al nacer.
Una madre que hace 43 dio a luz gemelos en el Hospital Fernández y a los pocos días le dijeron que uno había muerto; pero le entregan un cuerpo que años más tarde y mediante un análisis de ADN se demuestra que no era el de su hijo. Hoy, radicada en Suiza, vuelve al país con el otro gemelo para seguir buscando. Clara Lis comienza a buscar a su madre biológica por Internet y un mail la lleva a otra persona en su misma situación que como el eslabón de una cadena se va conectando con otros. Todos vendidos por la misma partera al nacer. Silvina fue apropiada por una familia que se dedicaba al tráfico de niños que luego la rechazó, mientras que Patricia, nacida en un conventillo pero anotada como hija biológica de otra, va tras las pistas de su verdadera madre mientras se encuentra con archivos destruidos descubre otros casos como el suyo. Cuatro historias con diversas aristas que terminan en el comercio de bebes como denominador común.
Secreto a voces es un documental de investigación periodística, que sigue una estructura bastante clásica pero también potente desde lo narrativo, con algunas dosis de thriller. Si bien no arriesga en su forma –básicamente está construido por testimonios- se toma algunas libertades como el fuera de campo para crear suspenso o el de cortar en el momento exacto para no caer en el golpe bajo. Aunque en rigor toda su fuerza está puesta en una investigación que llevó más de cuatro años de realización a Misael Bustos junto a Diego Braude y en la elección de los casos sobre los que trabaja, representativos y atractivos cinematográficamente.
Sin pretensiones estéticas ni estilísticas y con el énfasis puesto en sacar a la luz una problemática no muy abordada por el cine y la TV (exceptuando cuando el caso toma un valor mediático), Misael Bustos logra adentrarse con honestidad y sin especulaciones en un mundo del que todos saben pero del que nadie habla.