La corrupción política existe
George Clooney, director de este filme, se basó en una obra teatral de Beau WIllimon, "Farragut North", inspirada en la campaña demócrata del político Harry Dean (2004).
Como en "Confesiones de una mente peligrosa" o "Buenas noches y buena suerte", producciones anteriores de este actor-director nacido en Kentucky, la temática enfrenta un ambiguo mundo social y al hombre inmerso en él.
En Ohio, el gobernador Mike Morris inicia las internas demócratas presidenciales. Con él está Paul Zara, el asesor de confianza con toda la experiencia del mundo, ése que hay que encontrar cuando se tiene mucho para ganar sin mirar a los costados, ése que hay que poner al lado como sea para que no vaya con tu enemigo.
También tiene su lugar en el cuadro el que recién empieza, pero en el que ya se vislumbra un futuro ganador, un casi idealista, un muy ambicioso secretario de prensa, Stephen Meyers, la voz del gobernador.
FAUNA DE CAMPAÑA
Meyers, a pesar de la mugre que presiente, sigue al que admira y que, ¿por qué no? secretamente idealiza al candidato que promociona. Alrededor, pichones de abogados, la pasante estrella, Molly Sternes (Evan Rachel Wood), hija de otro poderoso, con ganas de correr carreras, pero todavía tan joven perdiendo un poco la cabeza con el sexo. También aparecen como miembros del paisaje urbano, el burdo veterano a cargo de la campaña del rival y la periodista del New Tork Times, Ida, a la que los políticos veneran, pero que a la vez temen. De la que conviene ser amigo, si alguien tan arriesgado es capaz de hacerle creer que la amistad existe.
Los personajes están. El drama se presiente. Por algo la película tiene un nombre real "Los Idus de Marzo", que habla del fatalismo, de conspiraciones alrededor de un poderoso (Julio César entonces, un demócrata ahora), confiado en su suerte en la vida, sin pensar que el final violento le esperaba. Esta vez el poderoso no lo es tanto, todavía busca el poder. El secretario de prensa, aprendiz de jugador, está aprendiendo a dominar el tablero, confiado en que las piezas están a su favor, sin saber que la suerte o la desgracia esta vez es femenina y su caída puede desmoronar algo más que una pieza de ajedrez.
Con algo de policial negro y su carga denunciante y escéptica, "Secretos de Estado" obliga a pensar, a visualizar un complejo mundo de fantasía y corrupción. Lo hace con un lenguaje brillante, diálogos agudos, toques musicales sorprendentes y un rico panorama de actores que apuntan a distinciones vastas, como el canadiense Ryan Gosling, Philip Seymour Hoffman (Capote), Paul Giamatti, Marisa Tomei y el mismo George Clooney. Aunque no hay "nada nuevo bajo el sol" y el final es predecible, el intento es valioso.