Ambientada durante las primarias de Iowa en la carrera presidencial, sigue a un joven vocero que cae presa de las maniobras políticas, las manipulaciones de los agentes veteranos y de la seducción de una joven interna.
The Ides of March es la cuarta película de George Clooney, oportunidad del actor de volver a presentarse ante la industria como un muy buen director tras haberse auto-tacleado con la olvidable Leatherheads. La historia, que tiende a repetirse, lo encuentra seis años después en una situación similar a la del 2005 con el tándem Good Night, Good Luck / Syriana por un lado, mientras que esta y The Descendants por el otro. Salvando las distancias con su excelente segundo film, con quien comparte guionista, en esta oportunidad entrega nuevamente un trabajo que se mueve entre las filas de la prensa y la política, con la mirada puesta no en el Hombre que es portada de la revista Time, sino en aquellos que le preparan la campaña que lo llevan donde está.
Durante buena parte de su desarrollo, el film fluye con total naturalidad, con muy buen manejo de los climas electorales y, especialmente, con notables actuaciones de sus protagonistas. Clooney sabe elegir a aquellos que lo rodean y erige tres pilares de su historia en figuras que sabe tienen qué aportar a la película, como Ryan Gosling (cuya carrera a esta altura parece no tener techo), Philip Seymour Hoffman y Paul Giamatti.
"¡Cuídate de los idus de marzo!". En el momento en que The Ides of March plantea su conflicto esta empieza a perder la fuerza inicial, especialmente cuando se pinta de colores primarios. Así, la mirada alentadora que el realizador y sus personajes tienen de la política se vuelve, en un exceso de velocidad, cínica y desencantada. Estas resoluciones apresuradas contrastan con el cuidado desarrollo, en el que se ponen de manifiesto valores como la integridad y la lealtad, eligiendo destacar una verdad de Perogrullo, que "todos los políticos son iguales".