Grandes esperanzas
La incorrección política ya no es lo que era. Creo que o ya nos acostumbramos a ella o acaso el intento por ser revulsivo de parte de Clooney no funciona del todo.
George Clooney es un buen director. Su película Buenas Noches y Buena Suerte (además de ser muy buena) era corrosiva y contestataria. En la era Bush donde el que no estaba a favor de la invasión de EEUU a Afganistán e Irak eran considerados antipatriotas, él se mandaba una que hablaba de casa de brujas del senador McCarthy.
La película era pertinente y significativa, una cachetada inesperada de un actor surgido de una novela televisiva.
A su veta política se podría sumar Syriana (en esta como actor) por la que ganó el Oscar, thriller acerca de príncipes árabes y petróleo. Su compromiso hacia ese film mostró que no era pasajero su ataque a ciertas políticas, principalmente republicanas.
Y esa crítica se hizo extensiva también a los demócratas, ellos no se podían quedar afuera con tanta becaria suelta.
Así llega Secretos de Estado.
La historia de la competencia de dos candidatos demócratas a ser "el" elegido de su partido para la presidencia. Uno es el gobernador Morris (Clooney) y su encargado principal de campaña interpretado por Phillip Seymour Hoffman. Por debajo suyo esta el jefe de prensa, en el papel de joven ambicioso e idealista esta Gosling. Como rival de esta lucha de campañas está el siempre genial Paul Giamatti. Una joven que ayuda en la campaña entrará en juego para modificar la posición de sus personajes, moral y en las posiciones de poder.
El tema de es que esa supuesta película políticamente crítica no va a fondo ni en su acidez ni en su embestida. Recorriendo lugares comunes para lo que la política representa (y de lo que se nos representa) no produce nada nuevo o interesante. Su narración adecuada ayuda, pero adormece, lo que se ve venir inicialmente se desarrolla sin demasiados sobresaltos (aún cuando nos quieren mostrar algunos momentos como algo impactante). Así una idea interesante y de la cual, al menos yo, esperaba mucho, no es capitalizada, pareciera que Clooney dijera "puedo hacer una película política" pero nada más, no hay audacia ni agudeza en esa mirada.
Lo que es absolutamente destacable es la selección de actores, tanto Hoffman como Giamatti son tan sólidos y convincentes como nos tienen acostumbrados. George reservándose el papel del candidato esta sobrio, relajado. Del que sin lugar a dudas esperaba más era de Ryan Gosling. No es que desentone ante tan buenos actores pero tampoco entrega una actuación memorable, cumple pero no dignifica. Así este actor so hot right now queda un poco en deuda. Y aunque esta llamado en los próximos años a marcar el paso de Hollywood todavía no logro el gran salto a mi parecer. Lo que resulta inquietante y cuestionable es el lugar en que Clooney director coloca a las mujeres. Parece que la política es de hombres, y las mujeres, sea Even Rachel Word (asistente de fáciles maneras) y Marisa Tomei (desdibujada y algo traicionera) son meros aperitivos de estos estrategas impasables. Demasiado pecado para tan poca emoción.