No es fácil ser objetivo con la versión americana de la adorada El Secreto de sus Ojos, pero tampoco imposible. La película de Juan José Campanella del 2009, ganadora del Oscar a la Mejor Extranjera ese mismo año, se ha convertido en un clásico con el correr de los tiempos, y la revisión angloparlante sonaba a manotazo de ahogado en un medio donde las ideas escasean. Por fortuna, Secret in Their Eyes actualiza a las modas locales una historia muy costumbrista argentina, cambiando un par de situaciones, personajes y escenarios, pero dejando el núcleo emotivo y funcional de la original. El juego de las diferencias está presto a comenzar, es inevitable, así que allí vamos.
Escrita y dirigida por Billy Ray -Flightplan, The Hunger Games, Captain Phillips-, lleva el terreno de juego de una Argentina pre y post Dictadura a unos Estados Unidos pre y post 11 de septiembre, con las alarmas todas atentas a cualquier indicio de terrorismo. Un equipo inseparable de agentes del FBI, Ray y Jess -Chiwetel Ejiofor y Julia Roberts-, están siguiendo de cerca a los integrantes de una mezquita, cuando su labor es interrumpida por un llamado: un cuerpo ha sido encontrado cerca de dicho recinto. El problema se profundiza aún más cuando ese mismo cadáver, el de una joven violada y asesinada, es familiar directo de este dueto de amigos y colegas. Suenan los violines del drama...
A esta altura, ya sabrán que la labor de Ricardo Darín y Guillermo Franchella recaen en Ejiofor y Roberts respectivamente, pero esa alineación con el asesinato de un familiar es lo que genera el cambio más notorio de una versión a otra. La investigación ahora tiene un elemento mucho más emocional y el espectador se puede sentir más atormentado, metido de lleno en la cruzada de una madre por encontrar al asesino de su hija. Por desgracia, luego de ese cambio, hay pocos detalles que generen un interés genuino para aquellos que vieron la original. Todos y cada uno de los grandes momentos del film de Campanella están aggiornados con gusto americano. Si en una versión el supuesto asesino es fanático del fútbol, en la otra lo es del béisbol, y así sucesivamente.
La estupenda labor de Julia como la angustiada y atribulada madre es lo mejor que tiene para ofrecer la película en materia de elenco, aunque el resto que la rodea es muy sólido. El problema es que con el cambio de foco, la trama debería estar encima del personaje de Julia todo el tiempo, y se disuelve cuando se preocupa más por la relación entre Ejiofor y la fiscal que interpreta Nicole Kidman. Ambos tienen un poco de química, pero no la suficiente como para interesar más que el viaje doloroso de Roberts, que queda relegada a un segundo plano muchas veces y es la trama que más importa en esta ocasión.
Secret in Their Eyes gustará mucho a aquellos que no hayan visto la original; el resto encontrará algunos cambios sustanciales que valen la pena verlos, pero por otro lado es una adaptación sin grandes aspavientos. Si la original funciona, ¿por qué arreglarla? Es una linda maquillada, bonita, pero algo insulsa con el correr de las horas, aunque la labor de Julia Roberts sola bien paga la entrada.