Una fallada reinterpretación del film de Campanella
Lo único que logra la remake hollywoodense de 'El Secreto de sus ojos', a pesar de su elenco A-list, es confirmar la excepcionalidad de la original.
“El Secreto de sus ojos” ocupa un lugar muy especial en el corazón de los argentinos. No sólo por ganarle a Campanella y al país un merecidísimo Oscar, sino por cautivar a la taquilla con una historia de amor tan entrelazada con un misterio que logró cautivar a millones con su nostalgia y originalidad.
Y cuando llegó la noticia de que iba a tener una remake en Hollywood, a muchos les encantó la idea de que un contenido puramente nacional pudiera ser adaptado y visto por el mundo entero, pero la realidad es que la mayoría se mostró cautelosa: ¿Podría una historia tan única, tan “argentina”, llegar a modificarse lo suficiente para que toque a varias culturas?
Lo cierto es que el resultado no fue tan terrible, pero no por eso menos decepcionante. En “Secreto de una obsesión”, nuestro Buenos Aires de los ’70 se convirtió en Los Ángeles post atentado del 2001. La paranoia del terrorismo es tan fuerte que a un equipo de agentes del FBI se los traspasa temporalmente a un grupo especialmente designado para prevenir ataques y vigilar posibles terroristas.
El mundo de Ray, interpretado por el protagonista de “12 años de esclavitud” Chiwetel Ejiofor, da un vuelco cuando encuentran el cuerpo de la hija de su compañera Jess (Julia Roberts) en un basurero detrás de una mezquita. Desde ese momento, Ray trata de resolver el caso a pesar de interferencias de su propio equipo, al que le parece más prioritario atrapar musulmanes insurgentes que resolver el crimen de una chica violada cuya madre es una de sus propias agentes.
Nicole Kidman es Claire, la fiscal que le quita el sueño a nuestro protagonista y cuyo amor no correspondido es una versión pálida y fría de la tan cautivadora de Darín y Villamil. Claire y Jess tratan de trabajar juntos, pero la ambición de Claire termina siendo más importante para ella que encontrar la verdad.
Flashbacks entre el 2002 y el presente, béisbol como equivalente cultural para el fútbol y cientos de pequeños y grandes detalles más hacen que “Secreto de una obsesión” sea una versión insípida y sin mucho que aportar de “El secreto de sus ojos”, y parece más un capítulo de una serie policial que una película basada en una ganadora del Oscar.