Lo que no se perdona
Secretos de una obsesión (The Secret in Their Eyes, Estados Unidos, 2015) es una remake del film de Juan José Campanella El secreto de sus ojos (Argentina, 2009). El siempre inútil juego de la comparación podrá ser una tentación para muchos, pero no es una crítica justa ni inteligente aquella que pierde demasiado tiempo en eso. Una película nueva merece una crítica propia.
Ray (Chiwetel Ejiofor) es un ex agente del FBI que durante más de una década ha vivido con una obsesión: Volver a encontrar al asesino impune de Carolyn Cobb, la hija de su compañera de trabajo y amiga Jess Cobb (Julia Roberts). Cuando cree haberlo encontrado recurre al que ha sido el gran amor imposible de su vida, Claire (Nicole Kidman) quien ahora es fiscal de distrito pero que doce años atrás trabajó junto con él en el caso. La impunidad del asesino se debió a que este era informante en una investigación anti terrorista post 11 de septiembre del 2001. Con el regreso de Ray se reabren las heridas, tanto las del homicidio como las del viejo amor postergado entre Ray y Claire.
Secretos de una obsesión tiene como tema principal la palabra del título en castellano: La obsesión. No la pasión, sino la obsesión. Los dos personajes claves son Ray y Jess, ambos están atrapados a lo largo de los años. Ray por su amor, pero también por su culpa y su lealtad a su gran amiga Jess. Y Jess, por su hija y castigar al culpable de su muerte. La película está teñida por la oscuridad de ambas obsesiones. Incluso Claire y Carolyn quedan un paso atrás de este deseo de atrapar y condenar al asesino que ha torcido el destino de sus vidas.
Este film policial, no exento de algunas reflexiones políticas, se mantiene siempre dentro del género y en sus resoluciones finales tiene el tono y las vueltas de tuerca de los films de Hollywood de los noventa. Aunque el amargo desencanto también recuerde a los años setenta, con su pesimismo y su desconfianza en las instituciones. Esa mezcla de tonos funciona, y la película mantiene de una punta a otra el suspenso. Las vueltas de tuerca funcionan y la resolución es bastante pesimista, aun cuando la obsesión que los ha empujado haya llegado a un punto final.
Con poco espacio para el humor, con una ajustada puesta en escena, con grandes actuaciones de los protagonistas y extraordinarios secundarios, Secretos de una obsesión es un film de género en estado puro. Un gran policial con algo de melodrama y algo de romántico, pero policial al fin, policial negro más exactamente. Pero los grandes intereses económicos que generalmente alteran la investigación, acá son la lucha contra el terrorismo, como justificación y apañamiento de asesinatos. Con esos apuntes extras se termina de cerrar una película que no es tranquilizadora ni esperanzada, como suelen ser los buenos policiales negros.