Generalmente, y para la decepción de mucha gente, los títulos de películas se traducen al castellano de manera errónea. No es el caso de “Marrowbone” o, mejor dicho, “Secretos ocultos”; si bien su relación no es evidente, se puede descubrir su significado al ver la película dirigida y escrita por Sergio Sánchez. Es al final del film cuando se devela el por qué de un cambio tan drástico en su nombre, aunque para nada errado.
La familia Marrowbone decide recluirse en una casa alejada de un pueblo para evitar múltiples problemas que los acechan. Rose (Nicola Harrison) fallece y, en consecuencia, los tres hijos y su única niña deben protegerse por su cuenta. Jack Marrowbone (George MacKay), Sam (Matthew Stagg), Billy (Charlie Heathon) y Jane (Mia Goth) deciden, entonces, enfrentar su futuro que amenaza con separarlos y, además, defender su vida.
La música de la película, en un punto, no es funcional: genera el ambiente de una conclusión habiendo transcurrido media hora del largometraje. Luego, igualmente, encaja mejor con el contexto y el aumento de la tensión dentro de cada escena. Es costumbre hacer comentarios, en primer lugar, acerca de la dirección o el guion de la película. En este caso, ante la simplicidad y la aprobación de ambos trabajos, es la musicalización aquello que genera mayores dudas en esta cinta.
En cuanto a las actuaciones, curiosamente es Charlie Heathon quien se desempeña mejor entre todo el elenco. Aparenta ser un comentario simple, pero él no es el protagonista. La duda está en por qué no fue elegido él como personaje principal, ya que George MacKay se queda por detrás de su compañero, a pesar de tener el primer rol.
Si bien no fue mencionada previamente, también participa Anya Taylor-Joy en esta película. Su actuación se mantiene a la altura de lo que se demanda. Igualmente, no es una observación en cuanto a su actuación, sino a una parte del guion que es innecesaria. La actriz es conocida por su papel en “Fragmentado”; cualquier conexión posible entre “Secretos ocultos” y esta película es una coincidencia innecesaria.
Para concluir, el producto de Sergio Sánchez se mantiene de pie. A pesar de cualquier objeción realizada, la idea se desarrolla a un ritmo particular y su desenlace se maneja de forma clara e interesante. Quizás desperdicia mucho tiempo en su presentación, pero resulta en una historia que va a entretenerte desde la mitad de la película hasta el final.