Sergio Sánchez, guionista de dos grandes éxitos comerciales que impulsaron la carrera de Juan Antonio Bayona ("El orfanato" y "Lo Imposible"), llega a su primer trabajo como director, rodeado de mucha expectativa. Tanta, que cuenta con un presupuesto importante para su ópera prima, cosa no habitual para los noveles fuera de Hollywood.
"Marrowbone", se ofrece comercialmente como una película de terror pero quizás sea más preciso, definirla como un drama de suspenso, categoría que transita ajustada, aunque con algunos desniveles narrativos.
"Marrowbone" es una propuesta que presenta temas que siempre le han surgido a Sanchez en sus escritos: la unidad familiar, lo lúgubre de los escenarios y los desafíos visibles e invisibles que parecen impenetrables para abordar.
Todo eso está presente en "Secretos ocultos". Aquí se narra la historia de los hermanitos Marrowbone, que llegan a USA, escapando de Inglaterra y un padre muy violento. Llevan con ellos a su madre, quien a poco de llegar al territorio americano e instalarse en una casa propia, fallece.
Eso deja a los chicos (son adolescentes y niños), desconcertados. Deben esperar que Jack (el mayor, e interpretado por George Mackay) cumpla 21 años para que pueda tenerlos bajo su tutela.
Sin embargo, la cuestión no será fácil. Algo sucede en esa casa, hay un sector superior tapiado, y un problema serio con los espejos.
Sin anticipar demasiado, los chicos, jugados por Charlie Heaton, Mia Goth y Matthew Stagg (todos con grandes antecedentes previos) tendrán que sobrevivir a esa energía destructiva que amenaza ponerle fin a su familia. Eso, sumado a que el banco quiere quitarles la casa y otras cuestiones más, como el romance de Jack y Allie (Anya Taylor-Joy) y los dilemas de encontrarse siempre, en peligro y sin entender bien que sucede en ese ambiente.
La historia, es conocida y sin anticipar demasiado, quizás poco original. Pero Sanchez rueda con oficio y un gran equipo técnico, y si bien este es un film que no descolla, podemos decir que está bien estructurado y logra atraer al espectador abierto a la búsqueda.
No hará lo mismo con el fan que siempre va a ver cine de género a salas, desde ya. Digna, prolija, un drama que puede funcionar. Seguramente es un buen punto de partida para la carrera detrás de las cámaras de Sergio Sánchez.